TALLER SOBRE HERRAMIENTAS DE NEGOCIACIÓN IMPARTIDO POR FRANCISCO DIEZ
Madrid, 21 y 22 de Junio
En un primer momento pensaba
empezar el resumen, transcripción o impresiones recogidas del Taller impartido
por Francisco Diez diciendo aquello de “ Yo solo sé que no se nada”, luego me
he acordado de mi profesor de Oratoria, y aquello de no empezar jamás “ matando
a la gallina” ( empezar una exposición diciendo que no sabemos algo como si no fuéramos
la persona indicada para estar haciéndolo). Realmente el taller, como todo
aquello a lo que acudo me ha producido las ganas de seguir mejorando, de seguir
completando mi formación. Como le dije posteriormente a Francisco, me dejo con
el cerebro “ bullendo”, de información. Y no es que algunas cosas no las
hubiera oído , o leído ya, sino que su
exposición consiguió como un tetris armar muchos de los conocimientos que ya
tenía adquiridos.
En primer lugar, y aunque para
algunos no haga falta, comenzaré por presentaros a Francisco Diez.
Para mí, por los comentarios que de su persona hicieron algunos contactos de Facebook del mundo de mediación debía ser un “peso pesado”, en cuanto puse que iba a asistir recibí innumerables felicitaciones por poder tener dicha oportunidad de aprender de uno de los grandes del mundo de la mediación. El hecho de que se hubieran unido dos asociaciones de mediación como SOLUCIONA MEDIACIÓN y AMM para traerlo por primera vez a España ya hacía que me resultara enormemente atractivo el acudir. Por supuesto que había oído hablar de el, pero no sabía hasta que punto era valioso acudir a un taller impartido por Francisco Diez.
Para mí, por los comentarios que de su persona hicieron algunos contactos de Facebook del mundo de mediación debía ser un “peso pesado”, en cuanto puse que iba a asistir recibí innumerables felicitaciones por poder tener dicha oportunidad de aprender de uno de los grandes del mundo de la mediación. El hecho de que se hubieran unido dos asociaciones de mediación como SOLUCIONA MEDIACIÓN y AMM para traerlo por primera vez a España ya hacía que me resultara enormemente atractivo el acudir. Por supuesto que había oído hablar de el, pero no sabía hasta que punto era valioso acudir a un taller impartido por Francisco Diez.
Francisco Diez tiene un gran
bagaje como político, los primeros diez años de su carrera los dedico a la
política en las grandes esferas de su país, Argentina, posteriormente se
convirtió en mediador, siendo uno de los primeros diez mediadores de Argentina,
trabajando también como consultor independiente
y experto de Naciones Unidas y el Centro
Cárter. Sin embargo permitirme decir que en cuanto entro en la sala, y
pese a que lo había visto en fotos, para mi paso a ser Francisco, el que salía en los vídeos de
Marines Suarez. Muchos también la conoceréis, otros no y os aseguro que también merece la pena
estudiar con ella. Marines Suarez fue una de las primeras profesoras que
tuvimos en el curso de experto en mediación familiar, primera promoción, que se
impartió en el colegio de abogados de Alicante en colaboración con la
Universidad de Alicante. Marines utilizaba en sus clases vídeos, de los que
había grabado hacía años, con consentimiento de los mediados, y que se
utilizaban en las maestrías para aprender. En dichos vídeos ella comediaba con
un joven abogado, que le ponía el contrapunto a Marines, que es de formación de
base psicóloga. Quizás os parecerá una tontería, pero a mí me hizo tanta
ilusión como si fuera un niño con zapatos nuevos, y así se lo hice saber a mi
socia y amiga, Geni (María Eugenia Salazar), que asistía conmigo al taller.
Eran muchos los años que distaban entre ese joven abogado de los vídeos y el
Francisco Diez que teníamos delante, pero yo estaba dispuesta a jurar que era
el mismo, y me encomendé a mi misma el preguntárselo en algún momento.
Os he contado cual fue su
evolución someramente, del campo de la política a la de la mediación, como el
lo hizo con nosotros porque si no, no es
entendible muchas de las anécdotas que nos contó, y que servían para
ejemplificar las explicaciones que nos daba.
Francisco empezó contándonos el
conflicto existente entre Chile y la
República Argentina por las islas al sur del canal de Beagle. Ambos gobiernos
habían aceptado en 1971 solicitar el arbitraje de la corona británica para
dirimir el Conflicto del Beagle cuyo cumplimiento sería entregado al honor de
las naciones signatarias.
La Argentina rechazó
unilateralmente el Laudo Arbitral de 1977, colocando a ambos países al borde de
la guerra. Tampoco las negociaciones directas lograron siquiera impedir el
aumento de la tensión militar en la frontera, llegando a existir movimientos de
tropas en frontera y ordenes de que los aviones despegaran para atacar.
Hasta ese momento habían
resultado infructuosas dos vías de resolución de conflictos, la de la negociación directa y la del
arbitraje británico. Tan solo quedaba ya una vía de resolución de conflictos no
adversarial, y esa no era otra que la mediación. El Papa Juan Pablo II ofreció
a ambos países la intervención como mediador del Cardenal Antonio Samoré, quien
se encontró con el siguiente panorama:
Chile consideraba el Laudo como
vigente y lo había convertido en ley declarando el mar entre las islas como
aguas interiores chilenas.
Argentina no reconocía el Laudo.
Argentina extendió el conflicto a
todas las islas al sur del Canal Beagle y al este del meridiano del Cabo de
Hornos y exigió también derechos sobre la regulación de la navegación en el
Estrecho de Magallanes, es decir había ampliado el conflicto a una zona mucho
mayor que la tratada inicialmente en la solicitud de Laudo Arbitral de 1971.
La Santa Sede tuvo durante la
mediación dos roles que cumplir, primero el cardenal Samoré debió detener el
comienzo de una guerra y comprometer a las dos partes a dejar de lado la
amenaza y el uso de la fuerza. Luego debió encauzar las negociaciones que
duraron 6 años adaptándose a todos los cambios que ocurrieron en ese lapso de
tiempo.
Francisco Diez analizó que en
este conflicto se emplearon tres métodos de resolución, a saber:
1.- Arbitraje, que es un método
basado en derecho.
2.-Armas, que es un método basado
en el poder.
3. Mediación, que es un método
basado en los intereses, las necesidades de las partes en conflicto.
La mediación del Cardenal Samoré
no dio lugar a una resolución definitiva del conflicto, y la propuesta papal de
1980 fue “metida al cajón”, sin embargo sí
que consiguió que no comenzara la guerra, que se mantuviera el dialogo entre
las partes, mantener la estabilidad en la región y resolver los conflictos que
aparecían.
Posteriormente sobre la base de
lo tratado en mediación se llevo a cabo una negociación suplementaria, que
permitió “agrandar el pastel” y atender a otras necesidades que tenían cada uno
de los países en conflicto. Esto no habría sido posible por medio de ninguno de
los otros métodos de resolución de conflictos.
La conclusión que hemos de
extraer es que es importante tener
criterios para analizar que método conviene utilizar para resolver el
conflicto, para ello tendremos en cuenta los siguientes criterios:
- Costes.- Tanto dinero, como tiempo, esfuerzos, y
recurcos de todo tipo que se pongan en juego, incluso los emocionales.
- Satisfacción con el resultado.-
Cualquier tipo de calculo que me permita saber si ese método me va a
permitir estar satisfecho con el resultado, por ejemplo si meto una
demanda que se que es difícil que vaya a ganar, lo lógico es que ese no
sea el método adecuado porque su resultado no va a cubrir mis necesidades.
- Efecto que la elección del método va a
tener sobre las relaciones.- Si la relación es importante el método
tiene que tratar de afectar lo menos posible a esta, no debemos entonces
utilizar un método basado en el poder.
- Recurrencia del conflicto.- Habrá
que analizar si el método va a servir para acabar con el conflicto o este
va a volver a salir por otro lado aunque sea de manera colateral.
Una vez analizados estos
criterios elegiremos que método es el que mejores resultados nos va a dar,
estos pueden ser:
1.- Métodos basados en Poder.-
Bloqueo económico, guerra, violencia personal, huelga.
2.- Métodos basados en Derecho.-
Juicio o Arbitraje
3.- Métodos basados en
intereses.- Negociación, conciliación y Mediación.
No hay que olvidar que los
conflictos son inherentes al ser humano y a la convivencia, y per se no son
malos, solo hay que saber cómo manejarlos. La base de los métodos de
resolución no adversariales es la
negociación, donde la conversación es diferente a cuando nos comunicamos sin
necesidad de tomar decisiones. En la negociación hay que ser conscientes de lo
que tenemos, de cómo lo usamos y que nos falta para que funcione todo mejor. Es
importante por tanto que seamos conscientes cuando estamos sumergidos en un
proceso que requiere negociación que tengamos conciencia de nosotros mismos.
Hay que tener en cuenta que
tenemos tres tipos de conversaciones posibles cuando vamos a trabajar las
situaciones en conflicto:
1.- La negociación, en la que la
conversación se dirige de una parte a otra, y viceversa.
2.- El juicio, en el que las
partes intentan sucesivamente convencer al Juez
de que tienen razón. En este caso se denominan métodos adversariales por
que las partes se colocan en situación de competencia para convencer al juez de
su posición.
3.-La mediación, en el que en un
primer momento hay conversaciones entre el mediador y cada una de las partes,
recuperándose la conversación entre las partes en el proceso, dado que el
mediador les devuelve a las partes el
poder para que decidan y se responsabilicen de su decisión, y en el que la
figura del mediador va diluyéndose hasta casi desaparecer en las últimas fases.
La negociación, es como ya hemos dicho la base de todas las
conversaciones, y se define como un proceso de comunicación entre las personas
para tomar decisiones sobre uno o varios temas que les vinculan.
Se dice que en la negociación se
tienen en cuenta las tres “p”, Proceso, Problema, Persona, y que hay que
separar para poder llevar a cabo una buena negociación la persona del problema.
Se suele pensar que los problemas
separan, pero en realidad vinculan a las personas, necesito de la otra parte
para resolverlo, porque no depende solo de mí. Por tanto los tres elementos
interactúan entre sí, la persona, el proceso y el problema.
El problema es que no estamos
educados para pensar en términos de proceso, tendemos a saltar del problema a
la solución, no pensamos en pasos que nos permitan analizar el conflicto, y sin
embargo para poder tomar decisiones es necesario analizar, destripar el
problema, sacar toda la información, para poder saber cómo llegar a la solución
más acertada, dado que cada eslabón de la cadena nos permite dar el siguiente
paso en pos de la solución más acertada. El proceso es un conjunto de
secuencias que se despliegan con el tiempo, que se van co-construyendo, cada
paso va a generar el siguiente que va a depender del anterior. Según sea la
dinámica, mas o menos pobre, voy a ir construyendo una relación más rica o más
pobre.
La negociación es “ el arte de
lograr que el otro se salga con la nuestra”, se trata de ir dando pasos para
que el otro salga satisfecho al mismo tiempo que nosotros salimos satisfechos.
Siempre hay una tensión entre
relación y contenido, si privilegio una sacrifico la otra, pero en ocasiones a
una parte le importará mas la relación, y por su mantenimiento estará incluso
dispuesta a sacrificar parte del contenido del problema, de sus intereses. Uno
de los dilemas de la negociación básicos es cómo manejar esa tensión entre el
contenido y la relación. Para lograrlo
se debería separar los problemas de la relación, trabajar en la relación de
confianza yn trabajar en la solución del contenido.
Para poder tomar decisiones hay
que ser conscientes de lo que tenemos y de lo que nos falta, hacer una
disociación mental, y ser conscientes de que hay dos campos, problemas y
personas y que tenemos que utilizar técnicas especificas que se pueden desarrollar
en cada uno de los campos de la negociación. Para poder trabajar en ambos
campos es importante diferenciar dos dimensiones de la negociación, las que
denominan dimensión del balcón y dimensión
de la mesa.
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